El Profesor Juan Carlos Osorio habló con la revista semana sobre sus sueños de dirigir la selección Colombia.
Juan Carlos Osorio estuvo puntual a las 3:00 de la tarde para atender esta entrevista. Es un hombre de apariencia noble que se define como una persona de pocas palabras. Sin embargo, al final del encuentro fueron 56 los minutos que habló para Semana.com. Osorio es el entrenador que guió
al Atlético Nacional hasta su estrella 12 en la Liga local de fútbol profesional. Y recibió tanto palo que justamente eso fue lo que motivó este encuentro. No para hablar de estrategia, nómina de jugadores ni de los próximos torneos, sino para tratar de entender de qué está hecho este hombre de 52 años nacido en Santa Rosa de Cabal que se formó en Estados Unidos e Inglaterra y que tiene como sueño ser el director técnico de la Selección Colombia.
Semana.com: ¿Alguna vez fue jugador?
J. C. O.: Desde los 17 años a los 24 jugué fútbol siempre. Es más, estudiaba odontología pero era por darle gusto a mis papás. Y a los 24 decidí que en vez de ser jugador quería ser entrenador profesional.
Semana.com: ¿Qué estudió y cómo llegó a Inglaterra?
J. C. O.: Estudié Ciencias del Ejercicio y Rendimiento Humano en Estados Unidos, allá terminé en el 90. Del 90 al 97 estuve en el fútbol semi profesional. En el 97 me fui a hacer un posgrado en Ciencias Superiores del Fútbol en Liverpool y en el 2001 me ofrecieron trabajar con el Manchester City en Londres, ahí estuve seis años.
Semana.com: ¿Cuál es la mayor diferencia entre el entrenamiento que aprendió en Inglaterra y lo que hacen en Colombia?
J. C. O.: Decidí irme a Inglaterra porque allá era donde jugaban el fútbol más diferente al colombiano. El nuestro se caracteriza por la elaboración del juego, por los pases consecutivos, mientras que el inglés es un fútbol más directo es llegar al arco contrario en el menor tiempo posible. Mi idea era combinar esas dos formas de juego y darle mi propio toque.
Semana.com: Usted regresó a Colombia porque quiere ser el director técnico de la Selección Colombia. ¿Sigue con ese sueño?
J. C. O.: Como ciudadano colombiano, como hombre, el sueño continúa, y por siempre será así. Es el mismo sueño con el que me inicié cuando decidí ser entrenador profesional.
Semana.com: ¿Se siente listo para serlo?
J. C. O.: De haber llegado la oportunidad yo la hubiera tomado con las dos manos. Ojalá algún día me llegue.
Semana.com: En 2006 usted llegó a dirigir Millonarios y el Chiqui García le dijo que usted no era técnico, sino que parecía un recreacionista. ¿Cómo recuerda ese episodio?
J. C. O.: Simplemente diría que es muy difícil entender mi forma de trabajar si no se tiene el conocimiento y la mente abierta a nuevas metodologías.
Semana.com: Usted coronó al Once Caldas como campeón en 2010, y hace un año le ha dado distintos triunfos al Nacional. Es sólo percepción o una realidad que la gente en Manizales lo adora pero en Medellín no tanto…
J. C. O.: No podría responder esa pregunta. Oigo pocos programas de fútbol. Lo que hago es ver muchos partidos todo el tiempo. Sí tengo presente que todo cambio genera resistencia y de pronto puede ser que estemos atravesando por ese momento.
Semana.com: ¿Qué técnico del mundo le gusta?
J. C. O.: Creo que un manager de fútbol tiene cinco componentes. Como estratega, es decir el que propone el juego, admiro a Pep Guardiola. Como el seleccionador que siempre está renovando, Alex Ferguson fue el mejor. Como el director técnico que analiza todo durante la competencia, José Mouriño. Como entrenador, es decir, el que está en el día a día en la ejecución del plan, Marcelo Bielsa; y como aquel que le deja patrimonio a la institución y que le da oportunidad a talentos jóvenes, el mejor es Arsene Wenger.
Semana.com ¿Cómo seduce a un jugador para que dé lo mejor?
J. C. O.: Involucrando a todos los jugadores. No hay sesiones donde unos participen y otros no y constantemente tienen que tomar decisiones sobre determinadas situaciones de juego. Cada jugador entonces se beneficia, disfruta y mejora su posibilidad de ser competente.
Semana.com: ¿Y un jugador cómo lo seduce a usted?
J. C. O.: Siendo buen profesional y eso implica: compromiso con su vocación de entrenarse al tope siempre. Que sea responsable durante las horas que no esté entrenando, que se nutra adecuadamente, que descanse y se recupere bien. Y que en la competencia lo de todo por ganar.
Semana.com: ¿Es cierto que quería renunciar al Nacional luego de ganar el torneo? ¿Estaba aburrido? ¿Se sintió muy maltratado?
J. C. O.: (Risas) Yo oigo siempre a mi señora. Y concluí que quiero quedarme en el Nacional porque uno tiene que trabajar donde se siente cómodo y hay grandes objetivos por cumplir. Ahí hay un gran grupo de trabajo.
Semana.com: Profesor, no me contestó. ¿Entonces sí pensó en irse?
J. C. O.: Conversé con mi señora, mis mejores amigos y mis padres sobre lo difícil que ha sido este año en el Nacional pero nunca consideré abandonar el equipo. Es más, aparecieron dos oportunidades de trabajo excelentes y las decliné porque quiero cumplir mi palabra.
Semana.com: ¿Cómo hace para conciliar con tantos hinchas que se creen técnicos?
J. C. O.: ¡Ja! Aceptando que en Colombia hay 45 millones de entrenadores.
Semana.com: ¡Qué dolor de cabeza!
J. C. O.: Si, pero estamos en una democracia y todos tienen derecho a opinar.
Semana.com: ¿Para usted, qué tan importante es el dinero?
J. C. O.: La mayor riqueza es de aquel que se contenta con lo suficiente. Lo más importante en la competencia es la gloria y no el dinero.
Semana.com: ¿Qué escribe con el color azul y qué con el rojo en sus libretas?
J. C. O.: Uso el azul para escribir lo que tengo presupuestado que va a pasar en el juego, y con el rojo lo crucial, lo que creo que puede hacer la diferencia en el resultado del juego, y también situaciones extremas.
Semana.com: Y con los papelitos que le manda a sus jugadores durante el partido, ¿no los encarta?
J. C. O.: No, lo que pasa es que en el fragor del juego a veces es difícil comunicarse. Normalmente se los meten en la pantaloneta.
Semana.com: Esa es la parte buena, pero ¿qué le ha sacado la piedra?
J. C. O.: Pienso en las tristezas y derrotas que he tenido en el fútbol. Eso me ha dolido, pero por rabia no hay nada que me haya quitado el sueño.
Semana.com: ¿Qué opina de la prensa deportiva?
J. C. O.: Creo que tienen una gran responsabilidad y algunos la asumen como tal y otros no. Ellos como líderes de opinión pueden educar a nuestra gente sobre cómo se debe analizar el juego y no sobre cómo se debe comentar el resultado del mismo. Eso es muy diferente. Entre el análisis que hacen antes de un partido y el comentario que hay una vez ha terminado hay una diferencia abismal, y hay una gran tendencia por lo segundo.
J. C. O.: Desde los 17 años a los 24 jugué fútbol siempre. Es más, estudiaba odontología pero era por darle gusto a mis papás. Y a los 24 decidí que en vez de ser jugador quería ser entrenador profesional.
Semana.com: ¿Qué estudió y cómo llegó a Inglaterra?
J. C. O.: Estudié Ciencias del Ejercicio y Rendimiento Humano en Estados Unidos, allá terminé en el 90. Del 90 al 97 estuve en el fútbol semi profesional. En el 97 me fui a hacer un posgrado en Ciencias Superiores del Fútbol en Liverpool y en el 2001 me ofrecieron trabajar con el Manchester City en Londres, ahí estuve seis años.
Semana.com: ¿Cuál es la mayor diferencia entre el entrenamiento que aprendió en Inglaterra y lo que hacen en Colombia?
J. C. O.: Decidí irme a Inglaterra porque allá era donde jugaban el fútbol más diferente al colombiano. El nuestro se caracteriza por la elaboración del juego, por los pases consecutivos, mientras que el inglés es un fútbol más directo es llegar al arco contrario en el menor tiempo posible. Mi idea era combinar esas dos formas de juego y darle mi propio toque.
Semana.com: Usted regresó a Colombia porque quiere ser el director técnico de la Selección Colombia. ¿Sigue con ese sueño?
J. C. O.: Como ciudadano colombiano, como hombre, el sueño continúa, y por siempre será así. Es el mismo sueño con el que me inicié cuando decidí ser entrenador profesional.
Semana.com: ¿Se siente listo para serlo?
J. C. O.: De haber llegado la oportunidad yo la hubiera tomado con las dos manos. Ojalá algún día me llegue.
Semana.com: En 2006 usted llegó a dirigir Millonarios y el Chiqui García le dijo que usted no era técnico, sino que parecía un recreacionista. ¿Cómo recuerda ese episodio?
J. C. O.: Simplemente diría que es muy difícil entender mi forma de trabajar si no se tiene el conocimiento y la mente abierta a nuevas metodologías.
Semana.com: Usted coronó al Once Caldas como campeón en 2010, y hace un año le ha dado distintos triunfos al Nacional. Es sólo percepción o una realidad que la gente en Manizales lo adora pero en Medellín no tanto…
J. C. O.: No podría responder esa pregunta. Oigo pocos programas de fútbol. Lo que hago es ver muchos partidos todo el tiempo. Sí tengo presente que todo cambio genera resistencia y de pronto puede ser que estemos atravesando por ese momento.
Semana.com: ¿Qué técnico del mundo le gusta?
J. C. O.: Creo que un manager de fútbol tiene cinco componentes. Como estratega, es decir el que propone el juego, admiro a Pep Guardiola. Como el seleccionador que siempre está renovando, Alex Ferguson fue el mejor. Como el director técnico que analiza todo durante la competencia, José Mouriño. Como entrenador, es decir, el que está en el día a día en la ejecución del plan, Marcelo Bielsa; y como aquel que le deja patrimonio a la institución y que le da oportunidad a talentos jóvenes, el mejor es Arsene Wenger.
Semana.com ¿Cómo seduce a un jugador para que dé lo mejor?
J. C. O.: Involucrando a todos los jugadores. No hay sesiones donde unos participen y otros no y constantemente tienen que tomar decisiones sobre determinadas situaciones de juego. Cada jugador entonces se beneficia, disfruta y mejora su posibilidad de ser competente.
Semana.com: ¿Y un jugador cómo lo seduce a usted?
J. C. O.: Siendo buen profesional y eso implica: compromiso con su vocación de entrenarse al tope siempre. Que sea responsable durante las horas que no esté entrenando, que se nutra adecuadamente, que descanse y se recupere bien. Y que en la competencia lo de todo por ganar.
Semana.com: ¿Es cierto que quería renunciar al Nacional luego de ganar el torneo? ¿Estaba aburrido? ¿Se sintió muy maltratado?
J. C. O.: (Risas) Yo oigo siempre a mi señora. Y concluí que quiero quedarme en el Nacional porque uno tiene que trabajar donde se siente cómodo y hay grandes objetivos por cumplir. Ahí hay un gran grupo de trabajo.
Semana.com: Profesor, no me contestó. ¿Entonces sí pensó en irse?
J. C. O.: Conversé con mi señora, mis mejores amigos y mis padres sobre lo difícil que ha sido este año en el Nacional pero nunca consideré abandonar el equipo. Es más, aparecieron dos oportunidades de trabajo excelentes y las decliné porque quiero cumplir mi palabra.
Semana.com: ¿Cómo hace para conciliar con tantos hinchas que se creen técnicos?
J. C. O.: ¡Ja! Aceptando que en Colombia hay 45 millones de entrenadores.
Semana.com: ¡Qué dolor de cabeza!
J. C. O.: Si, pero estamos en una democracia y todos tienen derecho a opinar.
Semana.com: ¿Para usted, qué tan importante es el dinero?
J. C. O.: La mayor riqueza es de aquel que se contenta con lo suficiente. Lo más importante en la competencia es la gloria y no el dinero.
Semana.com: ¿Qué escribe con el color azul y qué con el rojo en sus libretas?
J. C. O.: Uso el azul para escribir lo que tengo presupuestado que va a pasar en el juego, y con el rojo lo crucial, lo que creo que puede hacer la diferencia en el resultado del juego, y también situaciones extremas.
Semana.com: Y con los papelitos que le manda a sus jugadores durante el partido, ¿no los encarta?
J. C. O.: No, lo que pasa es que en el fragor del juego a veces es difícil comunicarse. Normalmente se los meten en la pantaloneta.
Semana.com: Esa es la parte buena, pero ¿qué le ha sacado la piedra?
J. C. O.: Pienso en las tristezas y derrotas que he tenido en el fútbol. Eso me ha dolido, pero por rabia no hay nada que me haya quitado el sueño.
Semana.com: ¿Qué opina de la prensa deportiva?
J. C. O.: Creo que tienen una gran responsabilidad y algunos la asumen como tal y otros no. Ellos como líderes de opinión pueden educar a nuestra gente sobre cómo se debe analizar el juego y no sobre cómo se debe comentar el resultado del mismo. Eso es muy diferente. Entre el análisis que hacen antes de un partido y el comentario que hay una vez ha terminado hay una diferencia abismal, y hay una gran tendencia por lo segundo.
CORTESIA: semana.com
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