Ambas anotaciones, la de Cano en movimiento y la de Pérez en tiro libre, podrían guardarse en la galería de cualquier museo.
La inyección anímica revitalizó al DIM y bajó de nota al local, que en sus cálculos no tenía contempladas sorpresas de este tipo.
La primera fase fue salvada por los goles ya que la producción futbolística, por parte de ambos elencos, estaba en deuda. Nadie atinaba a ponerle los taches al balón para domesticarlo. Giovanni Hernández era un ausente y los destellos de William Arboleda no alcanzaban a encenderle la creatividad.
Los esfuerzos de Néider Morantes, en el local, se quedaban en la primera alambrada táctica de su oponente.
El segundo período tuvo más acción. Envigado se fue con todos sus músculos y huesos sobre las trincheras escarlatas. Y cuando generaba las primeras escaramuzas, otra vez el Rojo sorprendió.
Tras una combinación de toques por el flanco derecho: Pérez – Cano, llegó la tercera anotación por parte del argentino, a quien le sonaba el arpa.
No pararía todo con el 3-0. Envigado era intención y Medellín efectividad. Otra mezcla de toques, tras un tiro de esquina impulsado por Giovanni Hernández desencadenó en la cuarta conquista por parte del lateral Dairo Mosquera, que en la noche actuó como volante.
Así, con este obeso marcador, 4-0, Medellín halló luz en su horizonte, a la vez que las tinieblas empiezan a flotar para el Naranja.
La inyección anímica revitalizó al DIM y bajó de nota al local, que en sus cálculos no tenía contempladas sorpresas de este tipo.
La primera fase fue salvada por los goles ya que la producción futbolística, por parte de ambos elencos, estaba en deuda. Nadie atinaba a ponerle los taches al balón para domesticarlo. Giovanni Hernández era un ausente y los destellos de William Arboleda no alcanzaban a encenderle la creatividad.
Los esfuerzos de Néider Morantes, en el local, se quedaban en la primera alambrada táctica de su oponente.
El segundo período tuvo más acción. Envigado se fue con todos sus músculos y huesos sobre las trincheras escarlatas. Y cuando generaba las primeras escaramuzas, otra vez el Rojo sorprendió.
Tras una combinación de toques por el flanco derecho: Pérez – Cano, llegó la tercera anotación por parte del argentino, a quien le sonaba el arpa.
No pararía todo con el 3-0. Envigado era intención y Medellín efectividad. Otra mezcla de toques, tras un tiro de esquina impulsado por Giovanni Hernández desencadenó en la cuarta conquista por parte del lateral Dairo Mosquera, que en la noche actuó como volante.
Así, con este obeso marcador, 4-0, Medellín halló luz en su horizonte, a la vez que las tinieblas empiezan a flotar para el Naranja.
Cortesia: Eldeportivo.com